Hay días que no llegan a ser días.
No son lunes, ni jueves, ni festivos.
Son esos huecos del calendario donde uno se levanta como por inercia, donde la memoria duele más que el cuerpo y uno se pregunta: ¿cuánto tiempo más puedo sostener esta tristeza sin que se me note?
En los centros donde crecí, había mañanas frías en las que nadie hablaba. Nos servían un desayuno aguado, sin sabor, sin alma. Y sin embargo, algo dentro de mí imaginaba un desayuno distinto.
Unas gachas calientes. Una mesa pequeña. Una cucharita de madera. Alguien que dijera: “tranquilo, hoy no tienes que ser fuerte”.
No lo tuve.
Pero me lo inventé.
Y hoy, cuando preparo esta receta, siento que por fin me lo estoy dando.
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🍯 Receta del día: Gachas dulces de avena, almendra y miel
Ingredientes (para 1 alma herida):
250 ml de leche vegetal (almendra o avena, ideal)
4 cucharadas de copos de avena
1 cucharada de crema de almendra
1 cucharadita de miel pura
1 pizca de sal
Toppings: almendras laminadas, fruta fresca, un poco de ralladura de limón
Preparación:
1. Calienta la leche en un cazo pequeño junto con la avena y la sal.
2. Cocina a fuego lento, removiendo sin prisa, hasta que espese (unos 6–8 minutos).
3. Apaga el fuego. Añade la crema de almendra y mezcla bien.
4. Sirve en un cuenco, corona con la miel y los toppings.
5. Tómalo caliente, sentado, sin mirar el móvil.
6. Y si puedes, sonríe un poquito. El niño que fuiste te está mirando desde algún rincón.

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