“El Chico Canela” No es solo un blog. Es una extensión del alma de El niño que huele a canela. Desde julio de 2025, este espacio digital recoge lo que no cabe en el papel: los gestos cotidianos, las recetas heredadas, los cuentos que curan. Aquí, cada entrada es un ritual compartido. Gracias por encender esta llama conmigo.
Archivo del blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El nombre que aprendí a decir en voz baja
Hay amores que no piden permiso. No hacen ruido. No se anuncian. Este es el recuerdo de uno de ellos: limpio, silencioso y verdadero. Una ...
-
Hay canciones que no pasan. No porque suenen en la radio, ni porque vuelvan de moda, sino porque se quedan a vivir dentro. Cuando el año s...
-
Hay momentos en los que la vida no pide grandes decisiones, sino algo mucho más sencillo y, a la vez, más difícil: parar. No detenerse por m...
-
Hay días en los que el cuerpo pide poco y el alma pide mucho. Días en los que el frío no solo se cuela por las mangas, sino que se instala d...
No hay comentarios:
Publicar un comentario