En el universo de "El niño que huele a canela", cada fotografía es una ventana que no se cierra. Hoy miro esa imagen mía: el pequeño de mirada dulce frente a un fondo escolar lleno de colores, con mi camiseta de Spider-Man como armadura inocente.
Spider-Man no nació siendo héroe. Peter Parker era un niño sensible, tímido, que aprendía a tejer redes invisibles. Como yo. Como ese pequeño que enfrentaba el colegio sabiendo que la verdadera educación no está en la velocidad, sino en la capacidad de sentir profundo.
Mientras miras, escucha "MI PEQUEÑO TESORO " de Presuntos Implicados. Deja que la canción y la memoria se fundan, como la canela en el agua caliente.

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