Octubre siempre llega con un aire distinto. Es un mes de cambios, de recogida y de silencios que saben a leña y café. Para El niño que huele a canela, este mes significa abrir de nuevo la puerta a los recuerdos, esos que se guardan en cajas invisibles y que vuelven a nosotros con la misma fuerza que las primeras lluvias.
Hoy quiero invitaros a deteneros un instante y a pensar en aquello que dejamos atrás, en lo que guardamos como un tesoro íntimo. En los libros del Niño Canela, esas memorias no son sólo historias: son refugios, son cicatrices que sanan, son canciones que acompañan.
El niño sigue caminando, sigue recordando. Y octubre es, quizás, el mejor escenario para ello: un tiempo en que el pasado se sienta a la mesa y nos habla bajito.
🌱 ¿Qué recuerdos trae octubre a vuestra vida?
🌱 ¿Qué guardáis en vuestra propia “caja de memorias”?

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