Hoy comparto con vosotros una noticia que me llena de gratitud: nuestro blog ha superado las 8.000 visitas. Cada lectura, cada vez que alguien se detiene en estas páginas, es una semilla de memoria y emoción que germina. No es una cifra cualquiera; es el reflejo de una comunidad que crece, que se reconoce en las palabras y que hace suyo el aroma del Niño Canela.
La alegría es doble: los libros de El niño que huele a canela ya están presentes en librerías. Verlos ahí, disponibles para nuevas manos y nuevas miradas, es contemplar cómo un sueño íntimo se convierte en realidad compartida. Imagino cada ejemplar como una puerta abierta, esperando al lector que la cruce y encuentre en sus páginas un eco de su propia vida.
Este proyecto nació con la sencillez de un recuerdo, con la fuerza de un aroma que atraviesa el tiempo. Hoy pertenece también a quienes lo leen, lo recomiendan o lo guardan cerca de su corazón. Vosotros habéis hecho posible que esta historia crezca más allá de mis manos y llegue donde nunca hubiera imaginado.
Gracias por estar, por leer, por acompañar. Lo más valioso de todo no son las cifras ni las estanterías: lo más valioso sois vosotros, que dais sentido y vida a cada palabra.
Con respeto y gratitud,
— DMA

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