🌿 El niño que huele a canela: Después de la memoria
Ayer Catalunya se llenó de banderas, voces y recuerdos. El 11 de septiembre siempre deja un eco en el aire, como si la historia se quedara flotando en cada rincón.
Hoy, en cambio, amanece el silencio. Las calles vuelven a la rutina, pero el alma guarda lo vivido. Así funciona la memoria: se enciende un día y permanece encendida dentro, aunque por fuera todo parezca volver a lo mismo.
El niño que huele a canela comprende que los días importantes no terminan cuando el calendario avanza. Lo que queda es lo que cada persona guarda en su caja íntima de recuerdos: una canción, una bandera, un gesto, un aroma.
Porque el pasado no desaparece; se transforma en raíz. Y quien tiene raíces firmes puede crecer más alto, como los árboles que resisten los vientos del tiempo.
🌿 Hoy es día de agradecer lo que nos sostiene, lo que nos da identidad y lo que nos recuerda que siempre somos parte de una historia más grande.
—DMA

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