🌟 Capítulo breve: “El pan mojado”
Era invierno en Granollers y los cristales amanecían cubiertos de vaho. El comedor del centro olía a leche tibia y a ese pan mojado que nos daban cuando no había galletas. A mí me gustaba ese pan. Sabía a todo lo que no teníamos: a consuelo, a casa, a la abuela que nadie recordaba pero que seguro horneaba cosas dulces.
Aarón siempre se lo daba a Josep. Yo lo miraba, en silencio, fingiendo que no tenía hambre. Pero una mañana, cuando la monitora se dio la vuelta, Josep partió su pan mojado en tres. Y esa fue la primera vez que alguien me eligió sin tener que hacerlo.
Guardé ese trozo de pan como se guarda una promesa. Y desde entonces, cada vez que huelo el vapor de un desayuno pobre, recuerdo que fuimos niños que compartieron lo poco, no por carencia, sino por ternura
No hay comentarios:
Publicar un comentario