Hoy es sábado. Y el aire en Reus parece contener algo que aún no se ha dicho.
El próximo viernes será el cruce de caminos. El momento en que “El Niño que huele a canela” se pronunciará en voz alta, en el Centre d’Amics, con todos los sentidos despiertos.
Pero hoy… hoy es víspera. Y la víspera también es sagrada.
He estado afinando detalles como quien afina un instrumento invisible. Probando el tocadiscos, ajustando la luz, escuchando el silencio. Cada rincón tiene que hablar. Cada gesto tiene que sostener.
🎶 Esta tarde, mientras sonaba un vinilo antiguo, sentí que la ciudad respiraba conmigo. Como si Reus también esperara. Como si el viernes fuera un ritual compartido.
No hay receta hoy, pero sí hay preparación. No hay poema, pero sí hay pulso. No hay evento, pero sí hay universo.
Gracias por estar cerca. Gracias por leer desde el corazón. Gracias por formar parte de este suspiro.
— DMA

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